miércoles, 9 de febrero de 2011

El Círculo





Mi madre sintió orgullo
ignorante de todo, animalmente genuina.
Confiada de abrir un hueco, 
entregada a una misión,
que no pudo más,
que perderse inútilmente, 
bifurcándose hasta desgarrar el amor.
Fue necesario un siglo
de moñas y cumpleaños
para que todo sea evidente.
Igual que ayer,
nacimos mudos nuevamente hoy,
ausentes de padres y perros amables.
Aquí, ahora, en esta cama, 
recién paridos, 
mejor es dejar a las espaldas que se despidan,
en calma, sin pretensiones.
Brotamos reincidentes de un agujero de palabras,
para olernos las caras
y perdernos, 
muertos de hambre
chicatos de ideas
decepcionados de haber sido, solo esto.
No vamos a salvarnos, nada de maravillas, no somos.
Que pena para nosotros.
Vergüenza de todos aquellos que debemos mirarnos así;
bicho poco extraordinario de la especie, 
casi lagarto, gusano, 
casi mariposa, pájaro.

1 comentario: