Quedamos ruborizados.
Luego entendemos que no hay otro modo.
El cuerpo viene antes o después; pero siempre en alguna otra maleta.
Todos sabemos como funcionan los aeropuertos y lo difícil que es.
Hay espacios donde nunca hay lugar para un experto.
El cielo es uno de ellos.
A veces no estamos.
Tomamos aviones o trenes.
Por suerte andamos entre nubes.
Por suerte los noticieros no se ven en la necesidad de pasar nuestras trágicas novedades.
Eso sería verdaderamente lamentable.
Estamos a la altura.
El agua hace su trabajo y se evapora.
Yo hago el mío y vuelvo a ser yo.
Lo sé.
Vamos a estar juntos volando.
No tengo mas palabras.
Por eso voy a concluir.
Pero hay tiempo y distancia para manejar las naves.
Experimentar con la temperatura y la velocidad.
Dejar las primeras pistas, es algo.
Esa casualidad fue mas que un empujón.
Vamos a estar bien, mejor de lo que imaginamos.
Tenemos suerte eso es honestamente lo que creo.
Tenemos suerte.
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